Coordinadores: Héctor Eduardo Luna López y Xochitl López.
En cada periodo de la historia de nuestra nación, la filosofía ha estado presente como producto de la racionalidad de las y los habitantes de esta región que culturalmente ha venido a configurarse como México. Ya en la amplia diversidad de pueblos mesoamericanos, la filosofía se encontraba vinculada a múltiples ámbitos de la vida y los saberes, como el conocimiento del mundo natural y el antropológico, la comprensión del cosmos y la divinidad o como fundamento moral del fenómeno social y político que regía la vida de los pueblos indígenas, entre otros.
La llegada de los europeos y la dominación colonial de América implicó también la llegada de la filosofía cristiana que tuvo un amplio desarrollo en instituciones como Colegios, Universidades y Seminarios. Durante el periodo colonial, tal filosofía adquirió matices diversos, hubo, por ejemplo, filosofía vinculada a los ánimos imperialistas, pero también otra que respondió críticamente al fenómeno de la conquista y la colonización, generando tradiciones humanistas, políticas y sociales que influiría profundamente en diversos procesos históricos como movimientos de emancipación entre los que destaca la revolución de independencia. A su vez, durante los siglos XVII y XVIII se da un interesante despliegue filosófico con temáticas culturales, históricas, identitarias, científicas, artísticas y políticas.
Ya en el siglo XIX y primeros años del siglo XX, la filosofía fue un recurso para ideólogos, luchadores sociales, políticos y educadores que desde diversas perspectivas diseñaron proyectos nacionales de cara a la consolidación del Estado nacional moderno. Y para la segunda mitad del siglo XX, la filosofía mexicana se desarrolla principalmente en las Universidades contemporáneas, donde, con ánimos más académicos, ha participado de la generación de grupos intelectuales y culturales que, en mayor o menor medida, han generado reflexiones orientadas a la comprensión de la identidad y la cultura mexicana, pero también encaminadas a la profesionalización de la filosofía, su fundamentación epistémica y su enseñanza. Asimismo, se han desarrollado amplios campos de investigación orientados a la vinculación de la reflexión filosófica y la sociedad o el papel político e ideológico de la filosofía.
En cada proceso histórico, social y político, la filosofía mexicana, a través de sus diferentes vertientes (política, cultural, epistemológica, lógica, metafísica, antropológica, etc.), ha tenido un papel medular en la configuración de nuestra realidad nacional, pues su naturaleza circunstancial y el objeto de sus reflexiones le ha demandado problematizaciones, interpretaciones y soluciones a la compleja la situación concreta.
El Simposio de Filosofía Mexicana ofrece un espacio para el intercambio de saberes vinculados a investigaciones que den cuenta del devenir de las filosofías mexicanas que, desde hace más de cinco siglos, se han gestado en nuestra región.