Coordinadora: Silvia L. Gil.
En los últimos años, se ha hecho evidente la profunda dimensión de la crisis que atraviesa la humanidad. Esta crisis ha cuestionado las bondades de nociones como progreso, desarrollo, riqueza o crecimiento, enfatizadas por los discursos hegemónicos de las últimas décadas ligados al neoliberalismo. La pandemia impuso un alto en el camino a las formas de vida basadas en estos relatos. Para el pensamiento feminista, esta reflexión, que permitía reevaluar las causas más profundas de la crisis, debía incluir necesariamente otros aspectos menos presentes o directamente olvidados en los diagnósticos: las múltiples desigualdades y violencias producidas por las relaciones de género y el colonialismo. Con esta mirada ampliada, la reflexión sobre la emancipación también se ampliaba, alcanzando todos los aspectos de nuestra realidad y poniendo en jaque las convicciones naturalizadas que vertebran las sociedades modernas y sus instituciones, así como las subjetividades, las relaciones de género, raza y la sexualidad. Podría decirse que se pone en marcha una profunda revuelta del cuerpo y el pensamiento.
La filosofía también se ha visto sacudida por esta revuelta, abriendo preguntas fundamentales: ¿Por qué las mujeres no son visibles en la historia de la filosofía? ¿Por qué no tienen un papel relevante en los programas de filosofía de los departamentos de las universidades? ¿Cuál ha sido la forma masculina del decir filosófico? ¿Qué cuestiones fueron minimizadas o excluidas de la filosofía? ¿Cabe una ampliación de los límites de la filosofía o se trata de transformarla desde sus bases? ¿Cuáles son las condiciones en las que surge la categoría «Mujer» como objeto de reflexión? ¿Qué subjetividades emergen de las relaciones desiguales de género? ¿Existe una metafísica del sexo? ¿Es posible recuperar un pensar distinto de la mano del feminismo?
Al mismo tiempo, el feminismo ha sido sacudido en su interior, dando lugar a debates tan interesantes como polémicos, a veces con acuerdos tácitos e ideas compartidas, a veces con fricciones y antagonismos. Una de las cualidades más importantes en la historia del feminismo es su capacidad para hacerse preguntas a sí mismo, generando laboratorios de discusión polifónica de alcance internacional. ¿Cuáles son los debates que han acompañado esta revuelta del cuerpo y el pensamiento? ¿Hacia dónde apuntan los esfuerzos que permiten una salida justa, compartida e igualitaria a la crisis que atraviesa la humanidad? ¿Cuáles son los sujetos que protagonizan esos esfuerzos? ¿De qué modo el feminismo redefine el campo político?
En este sentido, el objetivo de este Simposio es doble: por una parte, visibilizar un área filosófica que no siempre encuentra un lugar adecuado en el mismo seno de la filosofía y poco reconocida en sus aportes al conjunto del pensamiento; por otra, abrir un espacio de diálogo que permita identificar los debates en curso y compartir la potencia de las líneas específicas abiertas en el marco de la filosofía feminista. Algunas de estas líneas son: ontología de la precariedad y de la vulnerabilidad, epistemologías feministas, teoría y fenomenología queer, nuevos materialismos feministas, feminismos descoloniales, filosofía política feminista, filosofía y política del cuerpo, feminismo y marxismo o feminismo y psicoanálisis. Todas, entre otras, son propuestas que nos parece indispensable conocer, reflexionar y discutir al calor de la profunda crisis que habitamos, con el objetivo de caminar hacia una realidad diferente y esperanzadora.