Filosofía mexicana de la educación

Coordinadores: Miguel Romero Griego y Victórico Muñóz Rosales.

La reflexión filosófica sobre la educación ha sido históricamente uno de los problemas más preocupantes de filósofos, pedagogos y educadores. En el caso de México este tipo de reflexiones han tenido características teóricas y prácticas muy peculiares por diversas razones.

La educación ha representado uno de los factores fundamentales para la Formación del Ser humano y, en consecuencia, su humanización, diferenciándolo así de otros animales. Sin embargo, desde hace ya algunas décadas, este proceso -educativo- se ha ido tergiversando, por diversas razones en México y el mundo en general, orientándose cada vez más hacia la capacitación y el adiestramiento, en aras de intereses eminentemente pragmáticos de tipo económico. Esto se relaciona con la Reforma de la Educación Media Superior, la minusvaloración de las humanidades en general y una sobrevaloración de los conocimientos científicos y tecnológicos, lo cual requiere también de un análisis riguroso, serio y profundo, sobre todo filosófico.

Reflexionar filosóficamente desde nuestra circunstancia y problemática histórica, en muchos aspectos sui generis, ha sido una característica de la Filosofía mexicana, sin menoscabo o minusvaloración de la que se realiza en otras partes del mundo desde otras perspectivas teóricas, filosóficas y metodológicas, que pueden ser igualmente respetables.

Entre los objetivos de este simposio se encuentran: analizar, reflexionar y discutir filosóficamente algunas propuestas y proyectos educativos, institucionales o no formales planteados en nuestro país y a nivel mundial; los supuestos filosóficos e ideológicos que subyacen o se identifican claramente en ellos; los planteamientos o críticas de algunos reconocidos filósofos, pedagogos, educadores o teóricos de la educación mexicanos; las tendencias filosóficas actuales o tradicionales sobre la educación en nuestro país; así como la necesidad de la Filosofía y la Reflexión filosófica en la formación auténticamente humana y en diversas prácticas sociales, entre ellas la educativa, escolarizada y no-escolarizada. Esto no excluye algunos otros temas y problemas filosóficos que pudieran incorporarse de acuerdo con los intereses de los participantes.