Coordinador: Dr. Bily López, Dra. Erika Lindig y Dra. Andrea Onifri
El análisis filosófico del lenguaje es de importancia capital al interior de toda práctica filosófica, pues toda idea que se construye, emerge y se comunica, lo hace al interior de un lenguaje que le brinda sus condiciones de posibilidad, sus alcances y sus límites.
Los problemas tradicionales al interior de la filosofía del lenguaje –una disciplina que emerge como tal en el siglo XX– han girado alrededor del significado, la referencia, la verdad y la comunicación, pues, a primera vista, la verdad y la efectividad comunicativa de toda idea, mensaje o argumento, dependen de ciertos usos del lenguaje, así como de las precisiones y las ambigüedades que en él tienen lugar. Por ello, la tradición que más influencia ha tenido en la filosofía del lenguaje es la tradición analítica, ya que, a través del análisis lógico del lenguaje, así como de diversas herramientas epistemológicas, ha logrado mostrar algunas de las numerosas problemáticas que rondan al lenguaje, y, al mismo tiempo, ha generado propuestas para hacer frente a estas problemáticas.
No obstante, a lo largo de toda la historia de la filosofía es posible encontrar robustas reflexiones filosóficas sobre el lenguaje nacidas de tradiciones que no necesariamente se inscriben en el espectro de la filosofía analítica. Tradiciones inscritas en la retórica, la poesía y la mística, entre muchas otras, han aportado pautas invaluables para pensar filosóficamente el lenguaje. El siglo XX, en particular, es un lapso en el que las reflexiones filosóficas sobre el lenguaje tuvieron lugar desde diferentes tradiciones como el formalismo, el estructuralismo, el post-estructuralismo, el pragmatismo, la hermenéutica, la narratología, el psicoanálisis, la arqueología, la deconstrucción, la crítica y la teoría literarias, etcétera, lo cual permite pensar filosóficamente al lenguaje en sus distintas manifestaciones en relación con la cultura, la política, la estética, la ontología –entre otras disciplinas–, y con ello se ha posibilitado traspasar el umbral lógico-epistemológico de la filosofía del lenguaje para situarlo en relación con otros ámbitos innegablemente constitutivos de lo humano.
En este sentido, en este coloquio se convoca a realizar reflexiones filosóficas sobre el lenguaje desde un espectro amplio que abarque tanto a la tradición analítica como a otras tradiciones posibles, con la finalidad de establecer problemáticas y tratamientos comunes y diferenciados, así como de entablar diálogos incluyentes que, en conjunto, hagan de la filosofía del lenguaje un espacio de discusión que no es ajeno a la cultura, a la política, a la ética, a la ontología o a la estética, entre otros ámbitos. Así, se proponen, sin un afán limitativo, las siguientes líneas temático-problemáticas, atendiendo a la convocatoria general del congreso en torno al porvenir de la filosofía:
- ¿Cuáles son los problemas más relevantes, en la actualidad, al interior de la filosofía del lenguaje en sus distintas tradiciones?
- ¿Qué problemas sobre el lenguaje son susceptibles de plantearse al interior de la filosofía del lenguaje más allá de la lógica y la epistemología?
- ¿Qué relaciones, convergentes y divergentes, se pueden entablar entre la filosofía del lenguaje y otras disciplinas filosóficas?
- ¿Cómo dialogan los problemas tradicionales de la filosofía del lenguaje con otras tradiciones?
- ¿Cuáles son los límites y los alcances de las diferentes tradiciones que reflexionan filosóficamente sobre el lenguaje?
- ¿Cómo vincular a la filosofía del lenguaje con la ética, la política, la ontología, la estética u otras disciplinas?
- ¿Qué relaciones hay entre lenguaje y poder?
- ¿Cuál es el papel del lenguaje en la crítica filosófica?
- ¿Qué papel juega el lenguaje en la construcción de la verdad y/o de lo real?