Coordinador: Alberto Ruiz Méndez.
La comunicación es un proceso que puede propiciar la construcción de sociedades democráticas justas, solidarias e incluyentes; a través de la escucha activa y el diálogo diferentes corrientes de pensamiento social pueden crear consensos que fomenten los principios democráticos de libertad e igualdad para la población en general. Sin embargo, uno de los signos de nuestra época actual es la ruptura o tergiversación de los canales de comunicación debido a un ethos de polarización afectiva que permea en nuestras sociedades; con mayor frecuencia nos encontramos que, tanto expresiones personales en redes sociales como en comunicados gubernamentales, se hace uso de descalificaciones morales, afectivas o simbólicas para deslegitimar a los adversarios políticos convirtiendo el diálogo sobre lo público en un juego de ganar o perder.
En este contexto, los diversos elementos comunicativos requieren de una mirada reflexiva que, por un lado, aporte modelos normativos que los analicen críticamente y, por otro lado, genere propuestas de acción que disminuya aquella polarización. Avanzar en esta doble tarea puede ser posible desde diferentes estrategias, por ejemplo: necesitamos visibilizar formas de discriminación y estigmatización hacia poblaciones vulnerables a través de redes sociales, medios tradicionales o canales gubernamentales; es pertinente preguntarnos sobre los mensajes que las organizaciones públicas están compartiendo en temas de salud, trabajo, derechos, educación, etcétera; se requiere una reflexión sobre las posibles responsabilidades e influencias de las organizaciones privadas en este ambiente de polarización; necesitamos replantearnos la defensa y garantía de los derechos humanos en particular aquellos que tienen que ver con el acceso a la información, el conocimiento o la transparencia; requerimos comprender las diversas estrategias de construcción, gestión y distribución del capital social y cultural que las personas están construyendo en este ambiente de polarización y precarización; y por supuesto es oportuno replantearnos nuestra concepción de la democracia. Es por lo anterior que este simposio convoca a investigadores sociales para presentar ponencias que reflexionen, dentro de sus respectivas disciplinas o áreas de la filosofía, sobre las rupturas en los canales de comunicación que contribuyen al actual estado de polarización afectiva y que, con sus reflexiones, mostremos el potencial de la filosofía y disciplinas afines para fortalecer los principios democráticos de libertad e igualdad a través de la identificación y reflexión de nuestros problemas actuales.