Filosofía y pueblos originarios

Coordinadores: Manuel Bolom Pale y Ambrosio Velasco Gómez.

Nuestro interés en este simposio es rescatar, analizar, discutir y valorar las filosofías de las personas y de los pueblos indígenas de nuestro país, de América y de otros continentes, tanto desde una perspectiva histórica como en la actualidad. Nos interesa la filosofía indígena viva, a través de los pesadores indígenas, nos interesa fortalecer su presencia y vigencia como parte fundamental de la filosofía mexicana, iberoamericana y  mundial, como voces imprescindibles en la discusión de los problemas nacionales y mundiales en torno a problemas como la justicia, la democracia, la libertad, la paz, la felicidad, la salud, la sabiduría, la reconstrucción de las naciones multiculturales y de estados democráticos que reconozcan las autonomías de los ´pueblos y repúblicas indígenas. Estos temas cobran especial relevancia en la conmemoración de los 500 años de la conquista y de la crisis de la globalización capitalista,  cuyos orígenes están precisamente en la conquista de América. Desde entonces los pueblos indios han sufrido 3 siglos de dominación colonial y más de dos siglos de exclusión y opresión del colonialismo interno impuesto por los estados nacionales.

Una tarea fundamental de la filosofía actual es abrir las brechas para que los pueblos puedan dar su palabra desde su mirada y su corazonada particular. Un campesino, un artesano, un rezandero, un ilol, una partera, una curandera, tendrán mirada particulares ante el pensar filosófico o el sentipensar de los pueblos originarios, eso es la tarea que tenemos todos que colocar en estos momentos para ir haciendo cada vez más ancho el camino de la filosofía y a la conciencia. También queremos promover el pensamiento indianista de los filósofos que no son indígenas pero que estamos convencidos  como nuestro gran tlamatinime Miguel León Portilla de que:

En el autorreconocimiento de la pluralidad cultural y lingüística, México encontrará un manantial de recursos- otras formas de concebir al mundo y de actuar sabiamente sobre él –antes no tomadas en cuenta. Podrá así renovar su proyecto como nación y hacer frente a los embates del exterior, dirigidos a imponer la más globalizante de todas las globalizaciones que hasta ahora se han visto. Nuestro país se reconciliará a la postre consigo mismo al asumirse como lo que realmente es, integrado por mujeres y hombre de distintas lenguas y culturas y sustentado en lo que es su raíz más honda: el legado de los pueblos originarios, con la presencia enriquecedora de sus descendientes, los indígenas contemporáneos. (Miguel León portilla, “Autonomía y otras demandas indígenas”)